SERENDIPITY

Qué bonito, qué dificil de pronunciar, qué original. Pero ¿qué significa realmente? En español se dice Serendipia pero proviene del inglés Serendipity que deriva a su vez del vocablo árabe Serendib, un nombre persa, del país de Las mil y una noches. ¡Mágico! ¿verdad? Es la magia de la casualidad. Porque de casualidades, de fortuna, de azar, está llena la historia personal de todos nosotros.

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SERENDIPITY, ASÍ SE DISEÑÓ SU LOGOTIPO

Manuel Noguero, diseñador del logotipo de Serendipity, nos cuenta en primera persona todo el proceso que siguió hasta crearlo. Así fue el paso a paso.

Diseñar una marca (por qué decir branding) es como ponerle cara al protagonista de una novela. Cada lector se lo imagina de una manera, pero a medida que vas avanzando en la trama y después de dibujarse y desdibujarse un montón de veces en tu imaginación, ese rostro cobra vida.

Primero, es decir, inmediatamente después de aceptar orgulloso el encargo, llegaron las instrucciones (por qué decir briefing) de Cristina y Silvia, las creadoras. Sernedipity sería una vela premium, de cera natural con aroma de azahar y con un regalo sorpresa en su interior.

El nombre (por qué decir naming) estaba claro. Serendipity. Una palabra mágicamente optimista que en español es serendipia y significa algo así como carambola. Concretamente y según la RAE, “hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”. De ese modo llega a quien la consume uno de los cinco colgantes que se encuentra oculto en el interior de la cera.

El siguiente paso es obvio: ver referencias, estudiar a la competencia y buscar inspiración y diferenciación, teniendo en cuenta ideas bastante subjetivas de elegancia, sencillez, delicadeza, calidez y distinción.

Empiezan los bocetos a lápiz, rotulaciones (por qué decir lettering) bastante burdas pero que son el camino inevitable del acierto-error. Desarrollo una primera versión en, me rindo, script lettering o rotulación cursiva, con variaciones, líneas que van y vienen, ornamentos, filigranas… Decido o deciden, no lo recuerdo, añadir “Candle&Gift” en tipografía y presento una serie de bocetos más elaborados que parecen funcionar, mientras trabajo en la simplificación.

Finalmente, y en aras de la sencillez, cambio de tercio y busco soluciones tipográficas que evoquen los valores de la vela más sutilmente. Me inspiro en una fuente muy Art Deco, con el glamour de los años 20, y modifico las astas y el contraste para darle más carácter. Busco una fuente coherente para “Candle&Gift”, redibujo el símbolo “&”, que para quien lo desconozca, proviene de la conjunción copulativa Et (“y” en latín) y busco la ubicación y proporción del conjunto. Una vez formada la palabra es cuando veo caer la gota de cera desde la tapa de la caja formando la letra “d”. Ya tengo isotipo. Vale, no he inventado la pólvora pero queda chulo y trabajo en la idea.

Esta propuesta tiene más éxito que las manuscritas (por qué decir handwritting) y, una vez aceptada, empiezo con las aplicaciones: caja, vaso, etiquetas y sello principalmente.

Contar aquí cada paso siguiente y el porqué de cada decisión sería tan largo como aburrido. Solo diré que la caja (por qué decir packaging), es el primer impacto visual y una oportunidad de oro para contar cosas con ella. Por eso es como es. Silenciosa, cálida y un poco misteriosa.

El resultado de todo este proceso no es más que el envoltorio de una vela cuidadosamente elaborada que se disfruta nada más encenderla.

Manuel Noguero
www.maizmedia.com